El-Deposito-de-Cadaveres-de-Amberes
Entre la muerte y el olvido, el cuerpo, a veces, tiene que someterse a ciertas pruebas. Antes de poder descansar. En la quietud de la legalidad. Tánatos viene en auxilio de la lógica.
De esta forma, ante la menor duda, la ciencia se inmiscuye. Ayudante de la justicia, corta, pesa y mide. Utiliza sus acerados bártulos, recurre al acero en busca de la verdad. Bajo las luces de las lámparas cialíticas, se mueven los médicos forenses y sus ayudantes.
¿ Por qué este difunto ha dado, tan pronto, la espalda a sus alter ego? Lejos de los ritos esotéricos y de las liturgias fúnebres, el médico trabaja asépticamente sobre un sujeto al que no podrá curar. Los labios de su paciente permanecen cerrados, por lo que deberá seguir un riguroso procedimiento para conseguir que las carnes hablen.
El examen debe ser un éxito. Los candidatos que van a examinarse se agolpan en la puerta para conseguir su diploma.
Protegido por las sepulturas que lo rodean, el instituto médico legal de Schoonselhof, también podría haber descansado en paz. Sin embargo, le han quitado su emplazamiento.
En realidad, nadie posee una concesión a perpetuidad.
*Texto y fotos del libro "Forbidden Places: descubrimientos insólitos de un patrimonio olvidado"
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